Superar Los Celos
Los celos generan dos dimensiones de sufrimiento:
- La de la persona que los padece, por la obsesión en la que se embute
respecto a que el ser que quiere (poseer) pueda relacionarse con
otra persona de manera placentera. El cerebro reptil alerta de una
pérdida de territorio cuando la pareja (entendida como posesión) amenaza
con el abandono.
- La de ese ser querido, por las restricciones de libertad a las que lo suele someter el otro.
Tanto la obsesión como la restricción de libertad generan sufrimiento y enfermedad.
En un nivel de consciencia elevado no caven los celos, pues el amor y
la fidelidad son entendidos desde la libertad.
¿Qué mensajes emite un comportamiento celoso?
* Posesión: “eres mía/o, por lo tanto no hagas esto o aquello”. Detrás
puede haber un árbol en el que unos miembros “pertenecen” a otros.
* Proyección de un deseo inconsciente. “Si yo deseo, ¡tú también deseas!”. En el árbol se repiten las infidelidades.
* Culpa inconsciente por una infidelidad propia o de algún miembro del árbol. “Me lo tengo merecido”
* Vivir en competencia. Por ejemplo, una mujer que ha competido con sus
hermanas por el amor del padre, de casada compite con todas las mujeres
por el amor de su marido.
* Complejo de inferioridad. “Mi madre
prefirió a mi padre o a mi hermano, nadie me valoró, siempre hay seres
superiores a mí en algún aspecto que se apropian de lo que yo deseo.”
Superar los celos es echar al fuego media docena de leñosas ideas locas y cambiarlas por otras más sanas:
* Nadie posee a nadie, somos libres para pensar, amar, desear y actuar.
* No hay que hacer de las proyecciones realidades, la comunicación tiene en este aspecto una labor importante.
* Cambiar la culpa por responsabilidad; si he incumplido, pago
(compenso), pero no cargo ni hago cargar a nadie con ningún peso.
*
No vivimos en competencia, vivimos en colaboración. La pareja no es un
trofeo que se gana por méritos, es una libre elección mútua para vivir
juntos, con más plenitud de la que sentían viviendo solos.
* Nadie,
absolutamente nadie, es superior a nadie. No existen los defectos ni las
virtudes, el atractivo auténtico (no el fetichista) entre dos personas
no se basa en detalles, sino que es la totalidad misma la que enamora.
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