Entre estos compuestos encontramos los ftalatos, empleados en la industria como ablandadores de plásticos, las benzofenonas, que las encontramos en los filtros ultravioletas de las cremas solares, los parabenes, usados para extender la caducidad de productos cosméticos como los champús, o el bisfenol A (BPA) presente en plásticos.
El documento indica la existencia de unos 800 componentes que causan o son sospechosos de producir alteraciones en la regulación hormonal. Sin embargo, únicamente “una pequeña fracción” de ellos ha sido estudiada para comprobar los efectos que provoca en la salud de las personas.
Los especialistas advierten además posibles vinculaciones con problemas reproductivos masculinos o femeninos, alteraciones relacionadas con el desarrollo neuronal y desórdenes inmunitarios o metabólicos. También señalan su relación con tumores vinculados a alteraciones hormonales.
Estas alteraciones además no solo afectarían a los humanos, también los vinculan a caídas demográficas de especies animales.
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